Cuenta la historia de Liesel, una niña que es
enviada a vivir con una familia de acogida, la conformada por el bondadoso Hans
Hubermann y su esposa Rosa. Sin reponerse aún de la trágica muerte
de su hermano pequeño, apenas unos días antes, y asustada ante unos
nuevos ‘padres’ que acaba de conocer, Liesel se esfuerza por adaptarse; tanto
en su nuevo hogar como en la escuela, donde sus compañeros se burlan de ella
calificándola con el término alemán ‘dummkopf’ (idiota) porque no sabe leer ni escribir. Liesel está firmemente
decidida a cambiar su analfabetismo. Y Liesel obtiene ayuda. Hans, su
empático ‘papá’, trabaja con ella noche y día en la cuidadosa lectura de su
primer libro, ''El manual de los sepultureros'', un libro que la niña sustrajo del
funeral de su hermano; un hurto que llevó a cabo de forma impulsiva y que
tendrá profundas consecuencias para nuestra joven heroína. El amor por la
lectura y el creciente aprecio por su nueva familia se intensifican en Liesel
cuando se hace amiga de un nuevo huésped de los Hubermann, un refugiado judío
llamado Max, que comparte su pasión por los libros y que la anima a desarrollar
sus capacidades de observación, aun cuando Max se esconde de los nazis en la
oscura humedad de un sótano. Igualmente transformadora para Liesel es
su floreciente amistad con su joven vecino Rudy, quien le toma el pelo por su
costumbre de robar libros, a pesar de que descubre que se está enamorando de
ella. Estas nuevas amistades, junto con su exponencialmente creciente amor por
los libros, le suministran a Liesel tanto una evasión como un camino que
determinará su destino. Liesel llega a comprender no sólo el poder de las
palabras sino otro que está mucho más allá de ellas. El valor de las palabras.
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